En el comienzo del invierno de 1980 Anabela conoció a un hombre de 28 años llamado Esteban, trabajaba en la carpintería que había a un par de cuadras. Era muy simpático y trabajador, se conocieron después de que una de sus hermanas menores, Marta, comenzara a trabajar en la tienda de ropa de las primas. La muchacha tenía 25 y era tan simpática como su hermano una vez que lograba vencer su timidez.
Dos años después Anabela y Esteban se casaron.
Por aquella época Carlota había comenzado un romance por correspondencia con un joven que había viajado a San Luis para trabajar y ahorrar dinero para el futuro. Otra de las formas de pasar el tiempo de ocio de la joven era leyendo revistas sensacionalistas que compraba cada semana.
Poco tiempo después del feliz enlace la pareja esperaba a su primer hijo que nacería casi al final del invierno de 1983.
En los momentos de descanso que tenía en la carpintería, Esteban, aprovechaba para hacer una cuna, por tal motivo su jefe siempre podía encontrarlo que de una mano con algo a lo cual él siempre accedía para ganar algún peso extra. Era primero de mayo y hacia calor a causa de una densa humedad que se había instalado desde hacia una semana. Tres muchachos que habían estado esperando un camión que les traería un pedido de madera decidieron tomar unas cervezas, para cuando llego el vehículo estaban considerablemente borrachos. Ante dicha situación el chofer y sus dos ayudantes pidieron la asistencia de Esteban.
No era fácil descargar aquellos tablones del ancho y largo de un hombre adulto. Cuando comenzaron a bajar el primer tablón Esteban estaba directamente debajo del mismo controlando y dirigiendo a los otros. Todo ocurrió en cuestión de segundos.
Durante el velorio del joven esposo y futuro padre el cajón permaneció cerrado, el único consuelo de la joven viuda era que la policía había logrado atrapar a los culpables, que a pesar de no haberlo echo a propósito habían sido los responsables de aquella desgracia. Lo lamentaban pero eso no corregía el echo de que habían atado mal el tablón que aplasto la cabeza del difunto como si hubiera sido una sandia.
La numerosa familia de su difunto marido la mantuvo rodeada durante todo el velorio cuidándola con especial esmero ya que le quedaba poco tiempo para que tuviera a su bebé. Desde ese momento en adelante jamás dejarían de estar a su lado. Mucho tiempo después ella se daría cuenta de que su mayor a pollo había sido el primo de Esteban, Diego, un muchacho sumamente emprendedor de 20 años.
Carlota permaneció al lado de su querida prima durante todo el velorio y el entierro con el rostro inexpresivo y cuando por fin Anabela dejo de llorar la miro fijamente y le dijo que todo estaría bien.
María nació el 15 de agosto, tenía ojos café oscuro, piel muy clara y tres pelos negros en la cabeza. No era un bebé muy bonito pero trajo una gran felicidad al seno de una familia que la necesitaba.
Che Tu Locura, leí algunas cosas después leo más. Te mando un abrazo.
ResponderEliminarPerito.
PD: y visitá mi blog www.peritoproducciones.blogspot.com
Ahora entiendo acerca de ese giro que dijiste que tuvo esta historia.
ResponderEliminar