Caminaba por una calle de adoquines, el cielo estaba completamente cubierto por nubes que amenazaban con lluvia. Entre en una galería sombría y vieja, gire a la derecha y seguí caminando por un pasillo mas sombrío aun; el piso era de madera y el tapizado de las paredes, digno de una vieja casona inglesa del siglo 18, el diseño era de franjas color verde y rosa pastel a su ves en cada franja se intercalaban 4 dibujos diferentes de ramos de flores, también, había cerca de 20 cuadros ovalados con retratos. No pude ver ninguno de los rostros ya que el reflejo de la tenue luz en el vidrio me lo impedía. Al final del pasillo me esperaba un hombre vestido de traje, estaba al lado de una puerta de madera vieja y con la pintura que se caía, la abrió y me invito a que saliera.
La calle a la que salí no me pareció menos deprimente que la que había al otro lado, la única diferencia era que por ahí si pasaba gente uno o dos hombres cada tanto. De repente me llama la atención una chica rubia a la que un tipo esta molestando, cruzo y me pongo en medio de los dos para impedir que la golpeara. A pesar de que no soy un buen oponente se aleja. La chica me agrádese que la ayudara con una enorme sonrisa radiante y me pide que la acompañe hasta la casa, en el camino me cuenta que vive con su hermano menor, de 18 años, y con su madre que esta en silla de ruedas. Cuando llegamos me hace pasar, su madre y hermano estaban en el comedor. Aquella mujer no parecía tener más de 50 años, tenia la piel clara y sin arrugas, su cabello castaño estaba salpicado de algunas canas, su sonrisa era muy hermosa pero, de todo su rostro, era el brillo de sus ojos verdes lo que llamaba mas la atención. Su hijo, sentado al otro lado de una pequeña mesa con un servicio de té, aun tenía el rostro de un niño, su rostro era muy parecido al de su madre sobre todo el brillo de sus ojos, la diferencia entre ellos era que el pelo del joven era rubio oscuro. Ahora me doy cuenta de donde saco la sonrisa esta chica.
El comedor en el que se encontraban era pequeño con las paredes pintadas de color verde manzana, parecía muy cómodo ya que había un par de sillas con almohadones gordos de satén rojo oscuro haciendo juego con la madera oscura de la misma, había otras cosas que parecían ser bastante antiguas; contra una pared se apoyaba un aparador enorme que tenia un mantelito bordado sobre el que a su vez descansaba una colección de botellas de licor de vidrio de diferente tamaño y color cada una con un juego de 6 vasitos, bandejas de plata con sus respectivos servicios de de hechos en porcelana y plata, adornos de cerámica bronce y madera con forma de animales y distinguidas damas y floreros hechos con los mismos materiales que el resto de los artículos que los rodeaban. De las paredes colgaban cuadros con fotografías en color o en blanco y negro y pinturas de diversos tamaños en marcos de madera finamente trabajados. Contra la otra pared había una biblioteca echa de la misma madera que el aparador haciendo juego, en ella se guardaban libros de diversos tamaños y forrados de cuero o tela todos ellos resguardados por puertas con cristales biselados, en medio de la sala se encontraba dominando lo todo un mesa de madera oscura y bien trabajada con un juego de 6 sillas de respaldos altos. Pero lo que mas llamaba la atención era la araña de cristal rosado que colgaba del techo iluminando el crepúsculo que se podía observar por la ventana que estaba detrás de la madre y el hermano de la joven rubia.
No se como fui a parar allí o quienes eran los 4 hombres que viajaban conmigo en el tranvía tampoco sabia hacia donde precisamente nos dirigíamos. Íbamos lento pasando sobre un puente bajo sobre un rio, en una de las orillas había juncos enormes que se movían un poco por la suave brisa de la tarde, el sol que se ocultaba tenia un intenso color rojo brillante. Comenzamos a entrar en una estación, con andenes de madera, pero no nos detuvimos, seguimos en marcha hasta llegar al pie de una montaña a menos de un kilometro de aquella parada, entramos en una cueva que había al pie de la misma que funcionaba como hangar para estos transportes. Adentro vi la forma mas rara de guardar semejantes maquinas; en el fondo, que era más amplio que la entrada, había una estructura de acero que formaba casilleros de 5 espacios en vertical por 5 en horizontal.
Fui la ultima en bajar del tranvía. De pronto me encontré con que 2 de los hombres que me acompañaban habían degollado y prendido fuego a los otros dos, nada de esto me sorprendió por que yo ya sabia que estaban tomando venganza por lo que años atrás su familia le había echo a la de aquella pobre mujer en silla de ruedas. Camine hasta un pasillo que conducía a un pequeño armario donde encontré a un chico de por lo menos 15 años que se encontraba limpiando una mancha de sangre que podría delatarlos.
Desperté a las 3 de la mañana, me quede boca arriba en la cama, intente volver a dormir pero no pude evitar poner me a pensar en medio de la oscuridad y el silencio de mi habitación, en aquel sueño. Era como una telenovela, salvo por que los villanos terminaban muertos a manos de los que se suponían eran los buenos el argumento no era muy diferente. Lo único que me había parecido extraño era que nadie parecía darse cuenta o no le importara que yo anduviera por ahí en bombacha y musculosa, pensándolo bien a mi tampoco me molesto en los mas mínimo